15 de septiembre de 2011

Aplausos


No fue una abuela de cuento, ni siquiera fue abuela... pero se ha ido y recordaré cosas como su facilidad para pasar del llanto a la risa, su aplomo cuando se quedaba sin gasolina en los sitios más inoportunos... su facilidad para pedir ayuda y reclamar atención, el calimocho a la hora de la comida, frases que repitió sin cesar al final como ¿la pagan? o ¿qué tal están les cabritines?

Genio y figura. Superviviente hasta el final. Siempre con ganas de pasárselo bien, y siempre instalada en el melodrama, sabía que la vida era puro teatro y se puso el mundo por montera. Hoy se acabó su tiempo y no puedo evitar los recuerdos.



No hay comentarios: